Diario Digital Nuestro País
Fuente: dpa | 2011-12-08
REPORTAJE Por Andrés Burgo (dpa)
Buenos Aires, 8 dic (dpa) – Las tribunas de los estadios argentinos no tienen buena fama en el exterior: las imágenes suelen mostrar la violencia del fútbol. Sin embargo, mañana se verá la otra cara de la moneda, con una final del Abierto de Polo que congrega a acaudalados argentinos y extranjeros que pagan entradas a 600 dólares.
En un ambiente de extremo lujo, las tribunas del Campo de Polo de Palermo, en una zona acomodada de Buenos Aires, estarán colmadas por varios de los hombres más influyentes del país, pero además por fanáticos de todo el mundo que llegaron a la Argentina para disfrutar del galope de los polistas y los caballos más envidiados del mundo.
Hasta la década pasada, en las tribunas del Abierto Argentino de Polo, que se juega desde 1893, sólo se escuchaba hablar en castellano y en inglés, pero en los últimos años el torneo se convirtió en un lugar multicultural: ahora también hay espectadores que dialogan en francés, italiano, alemán, portugués y árabe.
Los polistas argentinos, con el talentoso Adolfo Cambiaso a la cabeza, son contratados el resto del año para jugar en Inglaterra, España y Estados Unidos, pero tienen claro que el Abierto Argentino y diciembre son el lugar y el mes perfectos para su consagración.
Muchos de los principales deportistas argentinos de primer nivel suelen presenciar la final. Los tenistas Juan Martín del Potro y David Nalbandian estuvieron presentes en la edición 2010. El ex futbolista Gabriel Batistuta, jugador amateur de polo, es otro habitual. Y Diego Maradona tiene una excelente relación con Cambiaso.
El ambiente oculta el dinero que se mueve alrededor del polo, pero en 2010 una yegua fue vendida en 490.000 dólares en el mercado interno. Las transferencias de caballos al exterior tienen cotizaciones muy superiores. En cambio, el valor promedio de una yegua de polo en la Argentina oscila entre 15 y 20.000 dólares.
Para la final de mañana, entre La Dolfina y La Ellerstina, sólo quedan entradas de 2.500 pesos argentinos (600 dólares). Según una comparación que hoy traza el diario «La Nación», es el mismo valor que una localidad VIP para los recitales que el músico Roger Waters dará el próximo año en la Argentina.
No sólo hay violencia en las tribunas argentinas. También hay lujo.
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