Lanacion.com (Argentina)
Por Julio Guimaraes | LA NACION
La noticia de que la actividad hípica podría contar con un ámbito universitario en San Antonio de Areco, fruto de la inspiración de Horacio Bauer, llega para poner una cuota de esperanza en la manera de pensar el futuro profesional del deporte-espectáculo-negocio que gira en derredor del caballo, en esta zona.
El nivel académico de la universidad soñada, cuyas enseñanzas no estarían limitadas a conocimientos sobre SPC sino que alcanzarían otras razas y disciplinas ecuestres, no tienen antecedentes por aquí, y en tren de buscarle comparaciones el programa que dicta la Universidad de Arizona, denominado Race Track Industry Program, viene rápido a la memoria.
Su concepto es el de entrenar jóvenes, mujeres hombres, para convertirlos en futuros líderes de la industria. El de San Antonio de Areco, seguramente, buscará lo mismo.
Más de una vez se dijo que muchos actores del turf no revisan o actualizan sus conocimientos. Ponerse al día, conocer las nuevas tendencias, abrir la cabeza es fundamental para entender un mundo permanentemente en cambio. Y no solamente en lo relacionado con lograr que un caballo cruce el disco.
Arizona, justamente, cerró ayer su 38° Simposio Anual de Carreras y Apuestas, que desde 1974 atrae asistentes que representan al mundo de los hipódromos para atender temas de vanguardia. Entre ellos, cómo hacer de las carreras una experiencia más excitante para los fanáticos e idear mejores estrategias para convertirlos en apostadores.
Acudir a esta clase de congresos debería ser obligatorio para la dirigencia hípica regional. A Tucson fueron pocos: Horacio Espósito y Pablo Kavulakian, por LARC, y Oscar Bertoletti, por Maroñas. Pocos, muy pocos, para tantos conocimientos.
jguimaraes@lanacion.com.ar.
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