Lanacion.com (Argentina)
Por Julio Guimaraes | LA NACION
«Si ganamos el Jockey Club, no tengo ninguna duda de que el objetivo es el Nacional, la carrera», dice Coco Bullrich, y pone énfasis cuando dice la carrera, dando a entender que el Derby Argentino es lo más importante.
Bullrich está hablando de Chuck Berry, el potrillo al que entrena para su hermano Antonio, y el amigo de éste, John Fulton. Se le pregunta cómo es cuidar un caballo de un familiar tan cercano, presidente de una comisión de carreras, incluso. «Tony es muy fácil como propietario; te deja trabajar tranquilo», define quien estudió veterinaria en la UBA y recuerda con orgullo su paso por la facultad de la avenida San Martín.
«Papá nos llevaba a los dos a ver caballos; después, cada uno agarró para distinto lugar. Yo veterinaria, siempre con la mente puesta en grandes animales; nunca me imaginé en un consultorio tratando a un gatito. Tony fue a los Estados Unidos y hasta trabajó de mozo; si le va bien, lo tiene merecido.»
Hay un bache en la campaña de Chuck Berry, de cuando fue quinto en el clásico Miguel Cané, en Palermo, tras ganar clasificatoria y final de la Copa Bullrich y el clásico Old Man. «Esa vez corrió mal porque no pudo varear como necesitaba», explica, y enseguida lo atribuye a una rajadura en un casco. «Es de vasos delicados», dice, y subraya, entonces, la tarea de Fredy Díaz, el herrero que trabaja en su stud.
Coco fue el orfebre de Refinado Tom, ganador de la Triple Corona 1996; dicho de otra manera, entrenó a esa excepción a la regla que dice que es imposible ganar Polla, Jockey Club y Nacional con un mismo potrillo.
«Chuck Berry es un caballo de 500 kilos de promedio, que absorbió bien una campaña exigente», apunta, cuando el cronista le recuerda la reiteración de esfuerzos de su caballo, con una campaña iniciada en febrero. «Lo ves y es como si el potrillo te dijera: «Entrename que me cabe».» Ernesto Leverato es quien cuida la salud de Chuck Berry, con quien Coco habla temas de medicina porque de eso también entiende.
«Corremos el Jockey Club porque el clásico Martínez estaba muy cerca y el Casey, muy lejos», explica..
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