La política de la Asociación de Hipódromos para con los Jockeys Clubes del interior persigue solamente el empobrecimiento y su caída, es una política que arrasa cualquier principio federal, y que somete al capricho de mediocres dirigentes, el futuro y el destino del turf como actividad. Llaman a los clubes “banqueros” cuando con los insignificantes porcentajes de participación a los que la Asociación los condena, los lleva a la debacle, como ocurrió con tantos: Rafaela, Mendoza, Bariloche, Paraná, Mar del Plata. Ojalá los Presidentes de los Jockeys Club del interior aúnen criterios y rechacen esta devastadora apología del permanente sometimiento a la metrópolis.
La jurisdicción sobre el juego es potestad provincial, de nadie más, en muchas provincias solo los Jockeys clubes pueden tomar la apuesta. ¡No la cedan! son estos personajes, los que nos hablan del “simulcasting internacional”, una dialéctica vacía que está comprobado, con sus falsos apóstoles de un turf grande, se exporta al exterior para su propio beneficio.
Ojalá la alternancia del turf del interior profundo compita contra esto y logren darse cuenta de que también son un mercado en el ámbito internacional. Son más, muchos más, intégrense, es una actividad económica floreciente, no se rindan, no la rifen, no la entreguen. Resístanlos, debe tener nuestro turf federal un principio y una visión estratégica. Nuestra idiosincrasia de país federal coincide mucho con quienes quieren nuestro turf y nuestro conocimiento, un texano es más parecido a un gaucho, que un francés o un inglés, y seguro que gozaría con lo que podemos ofrecerle desde Misiones, al sur de nuestra hermosa patria. Y pagarían lo que en derecho se llama el “justiprecio”, el precio justo.
Carlos Felice
Secretario General
Unión de Trabajadores del Turf y AFines
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