http://weblogs.clarin.com/antilogicas/archives/2009/12/viaje_al_mundo_del_polo.html
Ante tanto socialista devenido en kirchnerista a la violeta, debo dar una explicación antes de pasar a la nota. Soy un tipo de de clase media, adoro a la clase media argentina con todos sus infinitos y abyectos defectos y casi no he conocido a proletario alguno que no haya deseado pertenecer a esta clase que casi define a ese raro fenómeno llamado lo argentino.
Sin embargo, por razones personales y familiares que no voy a comentar, desde muy chico desarrollé una pasión propia de la oligarquía nativa -clase hacia la cual no guardo la menor simpatía-: el polo. He visto polo desde mi pubertad y esa combinación de hombre y caballo -debería decir yegua, que son abrumadora mayoría- sigue siendo el deporte que más me cautiva. Por otra parte no constituye ningún secreto develar que sólo en polo los argentinos somos, en serio y sin la sombra de una duda, los mejores del mundo.
Dicho lo cual, paso a reproducir el comentario que hice en la sección Deportes de Clarín de la final de Abierto de Polo en Palermo, que el domingo ganó La Dolfina 17-16 sobre Ellerstina.
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Fue exacta y prolijamente lo que prometía: un partido de 80 goles, apasionado, dramático, lleno de brillo y color en una tarde casi perfecta en Palermo.
Todo se dio en un marco de una rivalidad que ya tiene historia: Ellerstina -el equipo de los Pieres- quiere destronar a La Dolfina -el del increíble Adolfo Cambiaso- como líder del mejor polo. Tiene a su favor la cronología -los de La Dolfina son más veteranos- y la tradición del retirado Gonzalo padre, un diez de inolvidable sabiduría.
Pero La Dolfina resiste y saludablemente bien. Sus rivales venían de llevarse los torneos de Tortugas y Hurlingham y parecía que no los paraba nadie. Su juego, rápido, abierto, arrollador hace recordar un poco a aquel Indios Chapaleufú que se cansaba de los invictos.
Y todo pareció ya pintado ayer a media tarde, entre gradas repletas de elegancia y snobismo, por cómo venía este año Ellerstina y porque se había llevado el título el año pasado frente al mismo rival.
Ellerstina prevaleció casi todo el partido, en general arriba, por un gol o dos. Pero la experiencia de La Dolfina aparecía de a ráfagas, con el taqueo impecable de Cambiaso, las arremetidas de Castagnola y la sobria contundencia de Aguerre.
Pero del otro lado, estaba la firmeza de Nero y la eficacia neta de dos jovencitos que ya están haciendo historia: Facundo y Gonzalo Pieres.
Así, el partido fue palo y palo, ida y vuelta, tan finita era la diferencia entre los contendientes que cualquier fallo errado podía regalar la gloria. Por eso lo del suplementario fue justo. Y justo ahí apareció la corrida sensacional de Cambiaso. Confirmado: lo que hace el 10 de los 10 con la bocha pertenece al terreno de las ciencias ocultas.
(Publicado en una columna de Opinión en la sección Deportes de Clarín el domingo 13 de diciembre)
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