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Cientos de bandeños se reunían para ser testigos de las carreras cuadreras (325 metros) y otras de 600, 700 y 1.000 metros. Existió hasta 1936.
lunes, 12 de noviembre de 2012
Muchos bandeños sueñan con tener un lugar propio en la ciudad de La Banda para los simpatizantes de las carreras de caballos. Sin embargo, la «Cuna de Poetas y Cantores» supo tener un hipódromo que existió hasta el año 1936. El mismo abarcaba parte de lo que ahora son terrenos del Tiro Federal, el cementerio y las vías del ferrocarril Central Argentino, de acuerdo a los datos que fueron tomados de «La Banda, imágenes y recuerdos», de Lidia Grana de Manfredi y María de las Nieves Salido de Martínez.
El enorme predio supo tener frente a la tribuna, a escasos metros de ella, el palco donde se reunía la comisión de carreras y a 50 metros estaba la línea de llegada. El juez de carrera era designado minutos antes por el comisario departamental.
Cientos de bandeños se reunían en las instalaciones para ser testigos de las carreras cuadreras (325 metros) y otras de 600, 700 y 1.000 metros. Eran momentos elegidos por las familias que, por lo general, decidían ir al hipódromo los días domingos, aunque las jornadas de feriado nacional también eran elegidas para las competencias.
Es importante señalar que el hipódromo de La Banda se creó por iniciativa de la Sociedad Rural.
Marcelo Abalos cuenta que su padre trajo desde Buenos Aires un pour-sang al que llamó «El Césped».
Este caballo mantuvo en el año 1928 con la yegua «Fripona» (propiedad de Daniel y Clámades Herrera), una carrera que despertó la atención de los bandeños, constituyéndose en un verdadero acontecimiento social. Tras correr 700 metros, se impuso «El Césped». El pour-sang sufrió en esa oportunidad un accidente en una mano, lo que exigió que desde entonces fuera asistido con cuidados especiales y vendajes.
El culto al caballo se mostraba en las carreras. Tener un animal ponderado y respetado era afán de aficionados y dueños de las estancias, los que asumían un gasto importante, ya que además de mantener al animal debían buscar gente especializada para prepararlo y adiestrarlo.
Desde 1888, existió en la provincia una ley que estipulaba condiciones sobre partidas, medidas de la pista, peso de los corredores, cantidad de las apuestas, sorteo del andarivel de partida y designación de jueces.
A 76 años de su desaparición, miles son los bandeños que sueñan con tener un lugar propio para disfrutar de las carreras de caballos.
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